El
suministro de agua potable es un problema que ha ocupado al hombre
desde la Antigüedad. Ya en la Grecia clásica se construían acueductos y
tuberías de presión para asegurar el suministro local. En algunas zonas
se construían y construyen cisternas o aljibes que recogen las aguas
pluviales. Estos depósitos suelen ser subterráneos para que el agua se
mantenga fresca y sin luz, lo que favorecería el desarrollo de algas.
En Europa se calcula con un gasto medio por habitante de entre 150 y 200 L de
agua potable al día aunque se consumen como bebida tan sólo entre 2 y 3
litros. En muchos países el agua potable es un bien cada vez más escaso
y se teme que puedan generarse conflictos bélicos por la posesión de
sus fuentes.
De
acuerdo con datos suministrados por el Banco Mundial, el 45% de la
población mundial carece de un acceso directo a los servicios de agua
potable. En otras fuentes se habla de mil millones de personas sin
acceso al servicio, en tanto dos mil quinientos millones no cuentan con
servicio de purificación. En los países desarrollados los niños
consumen de 30 a 50 veces más agua que en los países llamados en vías
de desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario